La revoltura

Los ignorantes lo revuelven todo”, afirmaba un maestro en la Universidad cuando sus estudiantes, sin conocimiento del tema ni mayores argumentos, lanzábamos afirmaciones con arrogante contundencia.

Y fue de lo primero que me acordé cuando escuché al presidente de mi país afirmar: “¿Qué hizo el neoliberalismo o quienes lo diseñaron para su beneficio? Una de las cosas que promovieron en el mundo para poder saquear a sus anchas fue crear o impulsar los llamados nuevos derechos. Se alentó mucho, incluso por ellos mismos, el feminismo, el ecologismo, la defensa de los derechos humanos, la protección de los animales… Muy nobles todas estas causas, muy nobles, pero el propósito era crear o impulsar, desarrollar estas causas para que no reparáramos en que estaban saqueando al mundo. Y para que la desigualdad en lo económico y social quedara fuera del centro del debate. Por eso no se hablaba de corrupción, se dejó de hablar de explotación, de opresión, de clasismo, de racismo”.

Ante semejantes afirmaciones yo tengo algunas preguntas.

Puedo coincidir en que al neoliberalismo hay que llamarlo a juicio; pero no entiendo.

¿Cómo es que el feminismo fue alentado por neoliberales para -según sus palabras- “sacar del debate” la desigualdad económica y social, si lo que ha hecho desde su nacimiento en el siglo XVIII ha sido evidenciar una y otra vez las desigualdades políticas, económicas y sociales de mujeres y hombres?

¿Cómo es que el ecologismo se puede promover cuando –según su afirmación- la intención era que no se reparara en el saqueo y la explotación?

¿Cómo la defensa de los derechos humanos ha sido alentada para –según su dicho- no hablar de opresión, clasismo, racismo?

También dijo que: “Una de las cosas que promovieron en el mundo (los neoliberales), para poder saquear a sus anchas, fue crear o impulsar los llamados nuevos derechos”.

¿A qué nuevos derechos se refiere? Hay unos a los que se les llama de tercera generación, entre los que se encuentran, el derecho a la paz, al desarrollo, al medio ambiente, al patrimonio común de la humanidad y a la asistencia humanitaria.

Hay otros que recientemente se aprobaron en México y se consagraron en nuestra Constitución como la paridad en todo, el uso medicinal de la marihuana y la muerte digna.

¿Cuáles de esos fueron promovidos para “saquear a sus anchas”?

Hasta donde sé, el feminismo busca la igualdad, el ecologismo busca una relación responsable con el medio ambiente, y -de acuerdo con el Secretario General de la ONU- “Los derechos humanos tratan sobre la dignidad y el valor de la gente. Amplían los horizontes esperanzadores, expanden las fronteras de lo posible y liberan lo mejor de nosotros mismos y de nuestro mundo“.

Entonces, ¿cómo es que el feminismo, el ecologismo y los derechos humanos (viejos y nuevos), que precisamente buscan erradicar la opresión, las desigualdades, las explotaciones, las discriminaciones, resulta que fueron “creados” y “alentados” justo para causar el efecto contrario?

No tiene sentido. De hecho, es un contrasentido que se afirmó con arrogante contundencia. Y casi puedo ver a mi maestro llevarse la mano a la cabeza y decir: “los ignorantes lo revuelven todo”.

El problema es que esa revoltura la hace un hombre con poder. Y eso es peligroso.

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Firma Cecilia Lavalle
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