No más violencia de género #25N
Cecilia Lavalle

Cecilia Lavalle

Trabajamos por la paz

Nosotras no luchamos contra la violencia, sino que trabajamos por la paz

Marcela Lagarde

¡¿Cómo que no luchamos contra la violencia hacia las mujeres?! Algo así exclamé cuando conocí la postura de mi maestra Marcela Lagarde respecto a esta problemática; tan grave que en el mundo se llevan a cabo -del 25 de noviembre al 10 de diciembre- 16 días de activismo.

Los argumentos para no utilizar las palabras “luchar contra” se basan en la idea de que el lenguaje bélico refleja y construye más violencia. Y si lo que deseamos es construir paz, necesitamos también construirla en el lenguaje.

Por ello, la ley en la que Marcela Lagarde participó de manera fundamental como una de sus creadoras y promotoras, se llama Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

Sin embargo, realmente pude comprender la esencia del concepto que enuncia mi maestra, tras leer más sobre el concepto “paz”.

El especialista en terrorismo, mediación y paz, Mauricio Meschoulam, señala que la paz no es sólo la ausencia de violencia ni la ausencia del miedo a la violencia. Forman parte, pero no es, ni con mucho, todo.

La parte positiva de la paz, afirma al citar al Instituto para la Economía y la Paz (IEP), son todas esas “actitudes, instituciones, y estructuras que crean y sostienen sociedades pacíficas” (IEP, 2018).

Meschoulam precisa que distintas investigaciones en decenas de países que tienen altos niveles de paz a lo largo de los últimos 65 años, muestran de manera consistente factores estructurales que el IEP ha condensado en lo que llama “los ocho pilares de la paz”:

(1) Gobiernos que funcionan adecuadamente,

(2) distribución equitativa de los recursos,

(3) flujo libre de la información,

(4) ambiente sólido y propicio para negocios y empresas,

(5) alto nivel de capital humano (generado a través de salud, bienestar, educación, capacitación, investigación y desarrollo),

(6) aceptación de los derechos de otras personas,

(7) bajos niveles de corrupción, y (8) cohesión social.

Y afirma: “En la medida en que una sociedad presenta diversos grados de desintegración, lo que es ocasionado por situaciones tales como la disparidad económica, condiciones como la exclusión, el maltrato a las personas, o la falta de respeto a  los derechos sociales, económicos y humanos, o el mal funcionamiento del gobierno y de las instituciones de un país, en esa medida esa sociedad está alejada de la paz. Con balas o sin ellas (El Universal, diciembre 18 de 2017).

Tras esa reflexión me quedó clarísimo lo que dice mi maestra.

Nosotras, las feministas, trabajamos por la paz porque sabemos que todas las mujeres viven la disparidad económica, la exclusión, el maltrato, la falta de respeto a nuestros derechos. Y, además, porque el mal funcionamiento de un gobierno y de las instituciones repercuten en nuestros cuerpos y en nuestras vidas directa e indirectamente.

Mi sabia maestra una vez más tiene razón: trabajamos por la paz porque construimos igualdad.

18/CL

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